Necesito encontrar las dedicaciones abstractas de mi mente, de por que tanta palabra fluye a las locuras de mi rabia ardiente, de por que toda palabra piensa en salir de la cueva que no ha visto la luz de tu reflejo palpante, que hace que corra a la puerta a tomarte en mis brazos en llamas gritando sanamente por las quemaduras que llenan de agudeza mis dolores y las plegarias que provocan las desdichas de la santidad que no tiene a santo por lugar, volviendo a mi locura la ética de la provocación eterna, que no desilusiona a la promiscuidad de los versos lactantes que atacan por doquier a la llaneza de la brisa que corre solitaria por los campos de mis temores envueltos en colores opacados en la nocturna pereza de mis sueños atormentados por los albedríos que tu silueta provoca en mi ternura llana de palabras tontas que no tienen un fin más que la de ser libres tomando rumbos distintos a los cuales les dedico, no espero que lleguen a la luna, ni menos a las estrellas, solo espero que la dicha de mis palabras no tomen el sentido que viene y va, atormentado a todo ser distraído.
