viernes, 12 de marzo de 2010

Destino

Cuanto más camino, más pienso, no termina la racha por horas, mala suerte en el viaje; horas y horas, quizás una bicicleta cerca, un paseo largo y una mirada a lo lejos, pero no hay más que dos pies y una mochila que hacen de mi viaje un largo caminar; espero por horas mi llegada al fin, mentalizado solo en eso, espero llegar luego despues de ver como pasan y pasan por mi lado sin tener una pizca de voluntad, un amague quizás, una risa y hasta un saludo talvez, pero ¡nada más!.
Llegó la hora, a dos pasos de ti, sin nada que hacer, sin nada que ver, mi mente en blanco va, mi corazón alterado está, mi lengua trabada, alumbrada y alucinada queda frente a tal viril y espontanea verdad, comienzo a tastabillar, como una hoja al caer, veo en tí un gran poder, un gran sentir, quizás pura verdad, opacada por la empirica vida, que no nos deja ver más allá.
Espero llegar, no dejarme estar, no tener que olvidar ni menos, mucho menos perder tal sentimiento, que hace de mi ser algo más vivo, algo más cierto, algo con rumbo, como aquel destino, que cerca mio, lleva por nombre... lleva por vida... lleva por sentimientos... mi corazón ardiendo como aquel momentaneo desierto.