lunes, 26 de noviembre de 2012
Guarida
domingo, 23 de septiembre de 2012
Primavera
XIX
La grandeza del alma es la que vibra cuando llegamos al tope,
cuando acabamos en la cima, sentados, fumando un cigarro,
pensado en la vida, en el pasado, en el como y el cuando,
en el porque de los pobres y en el viva de los ricos.
Subir, llegar agónico pero con energías, con ganas de estar ahí...
El hombre se hace fuerte siendo grande, el grande no es fuerte si no es hombre,
así las cosas se hacen claras al amanecer ... aún sentados, acabando en la cima,
a la espera de aquel cigarro, para luego pensar en el pasado,
en el como y el cuando, en el porque de los ricos y el viva de los pobres.
Subir, es tal vez, la añoranza de muchos en la vida, llegar al fin...
El ocaso ya acaba, la vuelta se hace pronta, la vida se rehace,
el mundo gira a contratiempo, las cosas buenas vuelan, las malas quedan,
aún así seguimos pensado ... sentados con el vendaval en la cara,
pensado en la armonía de la vida, pensando en el pasado, en el como y el cuando,
en el porque de muchos y en el viva de solo unos pocos.
martes, 27 de marzo de 2012
Rutina
Enredadera
miércoles, 7 de marzo de 2012
Despierta mi alma
martes, 14 de febrero de 2012
XII
Dame la mano desde la profunda
zona de tu dolor diseminado.
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados.
Mírame desde el fondo de la tierra,
labrador, tejedor, pastor callado:
domador de guanacos tutelares:
albañil del andamio desafiado:
aguador de las lágrimas andinas:
joyero de los dedos machacados:
agricultor temblando en la semilla:
alfarero en tu greda derramado:
traed a la copa de esta nueva vida
vuestros viejos dolores enterrados.
Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
decidme: aquí fui castigado,
porque la joya no brilló o la tierra
no entregó a tiempo la piedra o el grano:
señaladme la piedra en que caísteis
y la madera en que os crucificaron,
encendedme los viejos pedernales,
las viejas lámparas, los látigos pegados
a través de los siglos en las llagas
y las hachas de brillo ensangrentado.
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.
A través de la tierra juntad todos
los silenciosos labios derramados
y desde el fondo habladme toda esta larga noche
como si yo estuviera con vosotros anclado,
contadme todo, cadena a cadena,
eslabón a eslabón, y paso a paso,
afilad los cuchillos que guardasteis,
ponedlos en mi pecho y en mi mano,
como un río de rayos amarillos,
como un río de tigres enterrados,
y dejadme llorar, horas, días, años,
edades ciegas, siglos estelares.
Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.
Apegadme los cuerpos como imanes.
Acudid a mis venas y a mi boca.
Hablad por mis palabras y mi sangre.