Rica ricura

Rica mas rica ricura, esa es la luna, luna lunática,
hermosa hermosística, linda lindura,
maña mañosa, pesá pesaística,
pero aún así,
rica ricura ... extraño extrañarte,
por que nunca debimos extrañarnos tanto.

Son

Decente, aturdido, misero y descabellado
iluso, consciente, taciturno y enamorado.

Perezosa, lánguida, oportunista y manipuladora
ilusa, inconsciente, taciturna y ¿enamorada?.

De noche a noche, buscaron la mocha,
de día a día, juguetearon en el ámbar de sus ojos.
en las violetas de los jardines,
en las amapolas de los cerros,
en el rubí de los labios,
en el castaño de sus cabellos,
en lo trigueño de sus pieles.

Decente, aturdido, misero y descabellado
iluso, consciente, taciturno y enamorado.

Perezosa, lánguida, oportunista y manipuladora
ilusa, inconsciente, taciturna y ¿enamorada?... si, enamorada.

Idilio

Sueño, de un sueño que no acaba
despierto soñando, lo que mi memoria destraba.

Tus versos espero, apabulla mi mirada
tus labios consuelo, atrayente carnada.

La noche recuerda, la luna en vigilia
adiestrados concuerdo, nuestras miradas concilia.

Soñando sueño, que no despierto soñarte
despierto despertar, queriendo amarte.

Recuerdo recordar, revivo extrañar
sonriente sonrisa, me dejaste entrañar.

Luna Lunática, desbordante devaneo
romance romántico, implorante apogeo.

La noche recuerda, la luna en auxilio
rencor rondante, que no acabe el idilio.

Dentro

No sé si es cierto o un juego, aún así me gusta
No entiendo algunos pretextos, algunos desconciertos
Tus palabras son composiciones aturdidas, poco comprensibles
Tus juegos, ya no me parecen, más si caen como metal al agua.

Invierno

Tus miradas no son quizás mas atrayentes que los ojos del mar en invierno, aún así, tienen todo el romance de las aguas inquietas debajo de la lluvia poco soleada que acaricia el borde costero y entumece los gélidos restos de madera poco viva y flotante que nos lleva mar adentro a recorrer los recónditos más intrépidos y fogosos, debajo de esa lluvia poco soleada.

Tiempo

Malgastadas mis tardes, destronados los alardes

creería que es inmortal, aquel segundo que no se detiene,

aquel minuto imperdonable.

Obstruido mi camino, de noches enteras resguardadas por si misma vino,

soñaría una eternidad, aquel segundo sin equidad,

aquel minuto del cual aún no me fascino.

Tan solo si el tiempo diere, a quien otorgara un silencio,

de aquel en que los segundos aniquile, y los minutos congele,

a la dicha de acompañarte toda la vida fuere.

Luna

Y ahí estaba posada, brillando con todo su esplendor
entregando sabiduría al corazón...
Y ahí estaba posada, en la calma de la noche, lánguida y tranquila
rebosando de brillos tu tranquilidad...
Y ahí estaba expuesta, a los vagos rayos del sol
esperando el calor de la noche para apabullar tus brazos.