Y ahí estaba posada, brillando con todo su esplendor
entregando sabiduría al corazón...
Y ahí estaba posada, en la calma de la noche, lánguida y tranquila
rebosando de brillos tu tranquilidad...
Y ahí estaba expuesta, a los vagos rayos del sol
esperando el calor de la noche para apabullar tus brazos.
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