creería que es inmortal, aquel segundo que no se detiene,
aquel minuto imperdonable.
Obstruido mi camino, de noches enteras resguardadas por si misma vino,
soñaría una eternidad, aquel segundo sin equidad,
aquel minuto del cual aún no me fascino.
Tan solo si el tiempo diere, a quien otorgara un silencio,
de aquel en que los segundos aniquile, y los minutos congele,
a la dicha de acompañarte toda la vida fuere.
No hay comentarios:
Publicar un comentario