constante vaivén de aguaceros sonantes,
retórica congruente a la suavidad de tu calma.
Un mediodía, fluctuante devaneo de inmortal coraje,
obstinada alevosía fulminante,
oblicua sonrisa perlada, de las nubes te abstraje.
Una noche, soñares recientes al tope del yacer,
opulenta brillantez de estrellas,
cándida recurrencia de tus ojos sin mi oponer.
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